LLUVIA

Desde hace dos semanas vivo con Gustavo, un tío un poco raro. Mi nueva casa es un pequeño y oscuro piso de dos habitaciones situado en el centro de Madrid. Tenemos unas maravillosas vistas a un patio interior que huele a pañales sucios, ropa mojada por la lluvia y a cocido, todo ello a partes iguales creando un aroma parecido a olor de vomito de un borracho cirrótico.

Pero tenemos internet. Con eso me basta e intento ser positivo. Navego mucho, salgo a la calle y miro todas esas caras jodidas. Es difícil hacer amigos de verdad en una ciudad tan grande. Tengo la sensación de que cualquiera de aquí me vendería a cambio de muy poco.

Ahora veo mejor como es Madrid. Es sucia, llena de inmigrantes sin trabajo, apesta. Estos días llueve mucho y la verdad es que esto no me ayuda a ser más feliz. Intento leer mucho. Por emule me bajo pdfs. Leo durante horas. Mi ciclo de sueño está roto.

Bebo demasiado. Estoy como en una especie de borrachera constante. Ahhhh bendito alcohol- me hace olvidar quien soy – me hace soñar, me relaja.

Gustavo es un tipo peculiar como te decía. Un tipo delgado que no habla mucho. Trabaja en algo de correos. Voy a leer un poco.